De: sensei_sho (Mensaje original) Enviado: 30/09/2006 01:54 p.m.
Sobre la vanidad personal en las artes marciales hay un escrito del sensei Gichin Funakoshi sobre sus maestros,ambos discípulos de Matsumura Sokon y considerados los más importantes en el estilo original de Okinawa,su lectura es para reflexionar sobre nosotros mismos ,sobre nuestros celos o nuestro egoismo:
"...Azato e Itosu compartían una gran virtud: no tenían celos de los demás maestros.
Más aún, me presentaron a los que conocían, aconsejándome que aprendiera de ellos sus mejores técnicas.
Los instructores de karate corrientes eran reacios a permitir que sus alumnos practicaran con profesores de otras escuelas, Azato e Itosu estaban muy lejos de pensar así.
Aunque no me hubieran enseñado nada más, su ejemplo de humildad y modestia respecto a los demás seres humanos, me hubiera bastado.
Nunca se jactaron de las hazañas que se les atribuían, al contrario, las consideraban "locuras juveniles"...
(Funakoshi Gichin).
De: goyushihosho Enviado: 08/10/2006 01:58 p.m.
Pocos encuentran la humildad sincera de corazón,reconocen errores y no buscan justificar inutilmente sus propias equivocaciones,una humildad autentica es de admirar,el sensei que comparte sus alimentos con sus alumnos,que se interesa por sus problemas,que acepta que no sabe todo,que evita siempre la figuración o los títulos o grados innecesarios ,pasa desapercibido muchas veces,pero con el tiempo será siempre reconocido,la humildad autentica es un valor que todos debemos alcanzar,ser indifirentes a la derrota o el triunfo,dominar el orgullo o la sobrevaloración personal es haber alcanzado el autocontrol correcto y vivir en un plano superior al de envidias o rencores propios de sociedades comercializadas y competitivas.
Mucho de lo logrado por el maestro Funakoshi fue debido a su gran humildad, inculcada como él mismo escribió por sus maestros Azato e Itosu,esa humildad le ayudo a permanecer indifirente ante tantas criticas en sus inicios,considerado un "dancer",ejecutante de solo kata,sensei siguió adelante remarcando esa espiritualidad en la práctica de karate que hasta hoy nos acompaña y nos anima a seguir,el jutsu tiene corta duración ,aparece y es necesario solo en los estados de peligro,el do,remarcado por el sensei se lleva siempre en cada momento y hace de una vida un camino más pleno y más util.
Ojalá entendamos el gran valor de la humildad,no de la humildad finjida sinó la verdadera humildad que nace de nuestros corazones,que nos evita de hacernos de enemigos innecesarios.
Oss
N. Narvaez
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