miércoles, 18 de febrero de 2009

UNA HISTORIA DE HUMILDAD

De: Marshokara (Mensaje original) Enviado: 10/09/2007 01:36 p.m.

Jigoro Kano había aprendido el arte marcial sin armas más difundido en su país: el Jiu-jitsu. Pronto vio sus limitaciones, y su reflexión lo llevó a crear un arte nuevo: el JUDO y fundar la Escuela Kodokan.

Para los que practicaban Jiu-jitsu las enseñanzas de Jigoro Kano no servían para formar buenos luchadores y como no contestaba los desafíos que le hacían, decidieron ir a su propia Escuela y retarlo.

Esta tarea estuvo en manos del mejor de los jiujitsokas: Sakugiro Yokoyama, un gigante, con fuerza física excepcional apodado "Oni" que significa “demonio”.

Cuando llegó al Kodokan, el creador del Judo lo recibió con todos los honores y aceptó el reto de Yokoyama.

Así, designó para enfrentarlo al más pequeño de sus alumnos: Shiro Saigo (primer cinturón negro de la historia del Judo Kodokan).

El pequeño judoka era superado en altura por casi 20 centímetros y en peso por más de 20 kilogramos.

Para el retador el combate parecía muy fácil y avanzó hacia el centro del Dojo burlonamente.

Impasible, Saigo lo aferró de un brazo, le aplicó un Yama-arashi y lo arrojó al piso. Yokoyama se levantó sorprendido y tomó a Saigo de los brazos para aplicarle una palanca, pero el pequeño discípulo de Kano lo barrió con los pies, desequilibrándolo y lanzándolo por encima de sus hombros.

En esa época los combates duraban hasta que uno de los luchadores se declarara vencido diciendo "maita" ("me rindo").

Yokoyama tardó media hora en decidirse a pronunciar aquella palabra.

En ese tiempo recibió la más terrible paliza que jamás pensó recibir.

Finalmente comprendió que el Judo poseía más que lo que él había aprendido, que debía haberse mostrado más humilde con los demás y pidió ser aceptado en el Kodokan bajo la supervisión del Shihan Jigoro Kano.

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