De: sensei_sho (Mensaje original) Enviado: 19/03/2006 10:54 a.m.
Esta es una historia traducida del ingles y editada,por su interès,narra la primera vez que el karate se enfrentó al Judo,el hombre que hizo esto fue el maestro Itosu,el sensei de Funakoshi,reconocido por su gran fortaleza física y por haber salido siempre vencedor de los enfrentamientos buscados por aventureros atraidos por su fama,el maestro Itosu cuando ocurre la historia tenia 75 años:
Ocurrió un día, durante esos años, un policía "naichi", apodo que recibían los policías japoneses durante la ocupación a Okinawa, se mofaba de los karatecas locales empequeñeciendo su arte, retando a cualquiera de ellos. Itosu, que tenía entonces el cargo oficial de programar la educación física en los estudios académicos, se sintió molesto por el comentario y, como ya era costumbre en él, decidió tomar cartas en el asunto.
Se dirigió al director de la Universidad, que era japonés. "El kárate no es un deporte, le dijo Itosu, "es más bien un arte para matar. Solo se deberá usar para defensa personal y como último recurso".
El director, que tenía al maestro Itosu en gran estima, se dirigió al alcalde y este´le confirmó lo alegado por el maestro. Todos los oficiales de la prefectura eran japoneses provenientes de una región del interior llamada Kagoshima. Todos eran de la misma región del policía que había iniciado este problema y además le consideraban invencible, pues era un campeón invicto en el arte de Naichi, que después pasó a denominarse Judo.
"Pienso que esta sería una buena oportunidad para comparar el arte del Judo japonés con el kárate okinawense", se dijo el jefe de la policía japonesa. "He tomado la considerada opinión de permitir que se celebre este combate. De esta manera, el pueblo Okinawense reconocerá para siempre que el arte de Naichi es superior al karate".
Cuando Itosu oyó que el combate fue oficialmente permitido, reunió a todos sus alumnos y les instruyó muy formal y solemnemente. "Pronto todos ustedes verán el kárate en una situación real de combate, he decidido enfrentarme al experto en judo personalmente. No lo mataré, naturalmente, pero tengo que demostrar a los de Japón que el kárate es el arte más peligroso y efectivo que existe con las manos vacías. Por eso, quisiera que todos ustedes estén presentes".
La confrontación entre los dos grandes artistas marciales fue todo un gran acontecimiento : Kárate contra Judo. Se celebró por la tarde en el recinto universitario y horas antes de empezar el combate las gradas ya estaban abarrotadas de estudiantes policías y público. Los policías y los oficiales japoneses no se contenían en mostrar su sarcasmo contra los isleños okinawenses. Un silencio sepulcral se hizo en el recinto cuando entró aquel venerable hombre de 75 años de edad para defender el honor del kárate.
La indignación del público japonés llegó a mostrarse como un gran enfado colectivo. Sintieron que se insultaba a su gran campeón de Judo. Su victoria perdería todo el mérito si se limitaba a vencer a un desvalido anciano, pensaron. Por esta razón, el combate fue casi pospuesto, y lo hubiera sido de no ser pública la tremenda reputación de Itosu. Así pues, con algunas reservas, entró el experto en Judo al ring.
Ahora el maestro Itosu y el oficial japonés se encontraban frente a frente.El experto Judoka comenzó el combate describiendo un círculo alrededor de Itosu, haciendo gestos burlescos como para guardar las apariencias. Itosu, con gran calma, pivotaba mientras mantenía la mirada fijada en los ojos del japonés. El viejo isleño se mostraba tan relajado que parecía ridículo , incluso para sus alumnos. De improviso, el policía japonés se abalanzó hacía adelante y agarró la manga y el escote de la ropa de Itosu, pero en menos de un parpadeo, los espectadores vieron con sorpresa cómo el japonés caía al suelo.
Itosu había conectado su puño izquierdo (tzuki) profundamente, en el plexo solar del Judoka, acompañado de un sonoro y potente grito seco (kiai). El joven quedó en el suelo encogido de lado intentando respirar con dificultad.
Todo sucedió tan rápidamente que los oficiales japoneses quedaron sin palabras. Solo oyeron un único kiai, y allí estaba en el suelo retorciéndose el admirado campeón. Entonces, Itosu, tranquilamente, se inclinó hacia el caído, y comenzó a practicar una técnica de "katsu"(arte de la recuperación) y, en muy poco tiempo, sus arrugadas y manchadas manos con lunares seniles, consiguieron que el judoka se sentara, asombrado, y recuperara el estado normal.
Después, Itosu se dirigió hacia la zona donde se encontraban sus alumnos, y con su característica voz crujiente, que era perfectamente escuchada por el silencio que envolvía al público, les instruyó con este monólogo: "Hoy", dijo, "ustedes han visto lo que el kárate puede hacer contra alguien no iniciado en el kárate. Nunca debería ser usado a no ser que no haya otro recurso. Espero que este combate y esta lección se la cuenten a sus futuros alumnos y que sea recordada para siempre".
Diciendo esto, Itosu se marchó lenta y tranquilamente y este acontecimiento entró en la historia .
De: Oclu-Paca21 Enviado: 20/03/2006 11:07 p.m.
La supuesta superioridad de las técnicas de golpeo sobre las de agarre se puso muy en entredicho en la época moderna, a partir de los torneos de Vale todo.
Fue Maurice Smith quien apenas comenzó a poner en jaque la supremacía de los expertos en grappling. Primero ellos arrasaron.
De: SetoKeido Enviado: 21/03/2006 07:27 p.m.
Muy interesante el relato, y creo que el judoka tenia muchas razones para perder: una de ellas era su arrogancia, no habia encontrado el verdadero sentido de las artes marciales y por lo tanto aun no estaba perfeccionado ni fisica ni mentalmente. En cambio, el sensei Itosu, estaba muy calmado, con la mente muy clara. Él estaba en óptima y elevada situación física, mental y espiritual. El sensei Itosu con su edad ha aprendido muchas cosas que el judoka no había aprendido, como "la mente en paz" como significan los katas básicos.
Por otro lado, la determinación del judoka era su arrogancia de creerse más fuerte y humillar al sensei, mientras el deseo de sensei Itosu era enseñarle una lección de que las artes marciales sólo deben ser último recurso. Ésto nos enseña mucho, como lo letal que puede ser el karate en masno equívocas, y la debilidad que crea en el ser humano el no ser humilde. Mucho se puede aprender de ésta historia inmortal, le agradezco sensei por presentarla. Oss!
-keido-
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